1871 – 1872
#06 | Marassi
CUADRO 6: Marassi
La foto inicial representa la primera “etapa del hospicio” en Génova, en la zona e Marassi, en la villa Oneto dei Cataldi La segunda foto presenta a Don Bosco y a don Albera en el centro de la composición fotográfica en la que se quieren introducir también a personas que estaban ausentes en el momento de obtener la foto. Tercera foto, don Albera joven sacerdote.
La historia de Don Albera
En febrero de 1871 Don Bosco se hallaba en Génova. Dos genoveses, miembros de la Conferencia de S. Vicente de Paúl de Borgo Incrociatti, Doménico Prefumo y Giuseppe Varetti, se presentaron al Santo y le pidieron que abriese una casa en Génova. Don Bosco no dijo que no, pero observó que se requerían medios, y ellos prometieron hacer lo que pudiesen. El asunto quedó allí como en suspenso. Estaba, sin embargo, en los planes de la Providencia que esta obra surgiese y pronto. Cuando la Conferencia de S. Vicente logró alquilar una casa por 500 liras al barón Cataldi, una villa en Marassi (Villa Oneto) en la vertiente oriental de Val Bisagno, Don Bosco aceptó. El 22 de octubre mando a don Albera con dos jóvenes salesianos, tres jefes de taller y un cocinero. Don Albera aceptó con ánimo sereno la dirección de la casa. Al momento de partir, Don Bosco le recomendó no preocuparse de nada y de poner toda la confianza en el Señor. Le preguntó también si necesitaba alguna cosa.
“No, señor Don Bosco – respondió- Se lo agradezco. Llevó 500 liras”.
Y Don Bosco: “No necesitas tanto dinero. ¿No va a haber Providencia en Génova? Vete tranquilo, la Providencia pensará también en ti”. Le retiró las 500 liras y le dejó una cantidad mucho más pequeña.
Y la Providencia no faltó. Así comienza la historia de Don Bosco y de su obra en la capital de la Liguria.Los vecinos de la Villa Oneto de Marassi llamaron a los salesianos “aquellos díscolos”, un apodo que no cuadraba con ellos…Con maravilla se dieron cuenta de la familiaridad que existía entre los salesianos y los alumnos: hablaban, jugaban juntos y por la tarde en el patio, cantaban…
Era la práctica del sistema preventivo que encuentra su fundamento en la acogida, en el clima de familia y en la práctica gozosa de la religión.
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