1914 – 1918

| CONFLICTO ARMADO |

#25 | La Gran Guerra

Cuadro 25: La Gran Guerra

Detalles de las cartas enviadas por los salesianos militares a Don Pablo Albera durante la Gran Guerra.

La historia de Don Albera

CARTA del soldado Novera Alfonso

El Clérigo Bosio narra su tarea de camillero
Con Ressicco y Ramezzana estoy en un puesto avanzado, bajo el fuego enemigo, donde experimentamos diariamente la singular protección de nuestra Madre María Santísima Auxiliadora. Las incomodidades, los graves sacrificios que me impone esta vida, mientras me ofrecen la ocasión de adquirir algún mérito para el cielo, me presentan varios aspectos de la vida que todavía no conocía, me proporcionan una experiencia que me será de muchísima utilidad en nuestra vida salesiana. Algunos de nuestros compañeros de la tercera sección han sido ya heridos gravemente en momentos difíciles, mientras estaban trasportando heridos, en cambio nosotros hasta ahora estamos ilesos” (ASC, B0400589, Bosio-Manassero, 17.11.1915, sucesivamente recibida por don Albera)

El Salesiano Miglio, con la graduación de teniente pierde la vida salvando heroicamente a sus soldados. Así lo atestigua, agradecido, uno de los soldado
El Salesiano Miglio, con la graduación de teniente pierde la vida salvando heroicamente a sus soldados. Así lo atestigua, agradecido, uno de los soldados “Si estoy todavía vivo, a él se lo debo […] Estábamos en la trinchera a cota 1050. E invitó a los soldados a estrecharse más y dejar sitio a los otros.
Él se quedó en la trinchera, junto a la entrada. Una bomba cayó junto al “refugio”, se vino abajo y nosotros quedamos sepultados. Cuando nos desenterraron supimos que el teniente y algunos soldados fueron lanzados hechos pedazos lejos del lugar de la explosión. Habría podido refugiarse también él y se habría salvado. Quiso reservar todos los puestos para sus soldados”.
(E. Valentini, Ricordo di un eroe, 47).

La atención a los jóvenes en mayor dificultad es la primera preocupación de Don Albera. A los salesianos no llamados al frente les pide redoblen sus esfuerzos para suplir el trabajo de sus hermanos en guerra y no se cerrará ni una sola casa durante el período bélico, precisamente para asegurar la mejor asistencia a los jóvenes. Con la guerra todavía en curso y con escasez de personal no duda en abrir orfanatos y ofrecer ayuda a todos, en ambos frentes del conflicto bélico (y la misma política será adoptada por las Hijas de María Auxiliadora)
Particular énfasis se dio a la apertura del orfanato de Pinerolo-Monte Oliveto.

 

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